domingo, 2 de agosto de 2009

Cuando el pasado aflora


Vuelve el pasado... Insiste en volver. Debe ser que es el momento para que afloren las cosas y así poder curarlas... Es un momento muy dulce, porque aprendida la forma de manejarse en estas situaciones, solo queda estar alerta de lo que va saliendo para ir curándolo.

Para el que está a tu lado sin embargo no es tan fácil en ocasiones, porque no entiende lo que está pasando (ni uno mismo lo sabe al principio). Y es complicado tener la paciencia necesaria. No tienen porqué tenerla, de hecho...

Los hombres especialmente tienen como una opción activada por defecto, que es la de resolver todas las cosas que le pasan a una. Lo hacen por bien, pero no es lo que deben hacer. O no es lo que nosotras esperamos que hagan. Nosotras somos perfectamente capaces de resolver nuestras cosas, y si no lo somos ya pediremos ayuda... Cuando contamos algo es sencillamente para compartirlo, porque el hecho de compartirlo nos libera un poquito de su peso. Cuando contamos algo esperamos respeto y empatía, no soluciones. Cuando nos dan soluciones con frecuencia sentimos que nos tratan como inútiles... (especialmente cuando ya antes nos han tratado como inútiles por el mismo motivo...).

También es cierto que cada persona tiene su tiempo para ver las cosas y para encontrar las soluciones. Y por supuesto para obtener resultados. Una misma persona en ocasiones es muy rápida en este proceso y otras muy lenta, por eso la persona que está a su lado es fácil que se vuelva loca... Hace falta hablar mucho, contar abiertamente todo lo que pasa, no dejar cosas tapadas que den lugar a malos entendidos que con el tiempo se hagan enormes... Hace falta mucha confianza y mucho cariño mutuo... Y mucha paciencia...


PD: la foto muestra el delta del Ganges

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