martes, 4 de agosto de 2009

La vida


Ayer de repente me dí cuenta que el programa de TV aquel de toda la vida (me parece que hicieron 10! ediciones), "1, 2, 3, Responda otra vez", era como una miniatura de lo que es la vida. Y os preguntaréis en qué estaba pensando yo para que se me ocurriese eso... Pues en nada concreto, a mí es que las cosas se me vienen así, sin más, jaja!. Pero fijaros y veréis que es cierto...

Para los que leeis desde algún punto del planeta que no esté en la España de toda la vida, el programa en cuestión constaba de dos partes: en la primera cada pareja de concursantes respondía a una serie de preguntas y acumulaba dinero (la pareja que menos acumulaba quedaba fuera); en la segunda había una prueba generalmente bastante estrafalaria en la que se dirimía qué pareja pasaba a la subasta final. Esta subasta final es la que me parece una miniatura de la vida misma: en ella se iban presentando regalos de poca monta, que a su vez llevabas incluido un premio más grande que no te decían cual era, solo te daban pistas... Y los concursantes tenían que quedarse sólo con un regalo descartando los otros...guiándose por su intuición. Al descartar un regalo, siempre aparecía otro, de forma que uno tenía que ir constantemente descartando regalos. Cuando descartabas un regalo te decían cual era la sorpresa que escondía, pero nunca te decían la sorpesa que guardaba el regalo que tú elegías conservar. La meta final de casi todos los concursantes era conseguir "el coche", y por supuesto evitar quedarse con "la calabaza Ruperta", que equivalía a que te daban solo un monigote como de falla, muy mono él, pero bueno para casi nada...

A que ahora si le veis el parecido con la vida?. Es que es tal cual... Un buen día apareces aquí, y después de pasar un tiempo acumulando kilos (en lugar de dinero...), pasas a la subasta. Y empiezas a elegir, descartar, elegir, descartar, elegir, descartar.... hasta que te mueres. La gracia aquí es que el siguiente regalo que se te ofrece depende de las elecciones/descartes anteriores... Es decir, que nos vamos haciendo la vida a medida que la vivimos. De todas las infinitas posibilidades de regalos que hay, nosotros de alguna forma vamos decidiendo cuales queremos que se nos ofrezcan. Me gusta esto...


Se me antoja que la vida es como esas piedrecitas que se quedan clavadas en la arena cuando las olas vuelven al mar (como las de la foto que ilustra este post). Siempre me ha gustado pasear por la orilla del mar y recoger esas piedrecitas, no sé por qué... Es como si nuestro nacimiento fuese una piedrecita, y a una cierta distancia más o menos larga, hubiese otra piedrecita que es la muerte. En el espacio intermedio, habría solo unas muy pocas piedras, que son los hitos más determinantes en nuestra vida: como las condiciones básicas que marcarán esta vida (un accidente, por ejemplo...). Pero el camino de la vida lo vamos haciendo a medida que lo vamos andando. Cómo nos movamos de una piedrecita a la otra lo decidimos nosotros con las elecciones/descartes que hacemos: podemos ir en línea recta, describiendo una curva amplia, o muchas curvas cerradas... Podemos ir andando, corriendo, saltando, a la pata coja...; o en unos tramos de una forma y en otros de otra. Y según como vayamos trazando nuestro camino, nos cruzaremos con los caminos de unos u otros a una altura u otra de la vida, o no nos cruzaremos nunca... O andarán paralelos un tiempo u otro...


Me vienen a la cabeza las palabras del Poeta: "Caminante no hay camino, se hace el camino al andar". Qué bonito. Qué sensación de libertad... Y de responsabilidad, claro. No vayamos a cometer el error de echarle la culpa a los demás, o a las circunstancias, de lo que hemos hecho con nuestra vida... Sobre todo porque la vida no es algo que se te da ya hecho para que tú lo vivas: la vida es una posibilidad que se te da para que tú hagas lo que quieras...
Estoy trascendental hoy, sí, qué le vamos a hacer.... ;-). Es que después de la tormenta siempre viene la calma, y la calma profunda es muy creativa.

Ojalá entendamos que lo importante es el camino que trazamos mientras vivimos, y no conseguir el coche o la Ruperta...

6 comentarios:

Gu1ta dijo...

menos mal que has explicado el programa a los sudacianos de toda la vida... estoy de acuerdo en todo contigo...
a veces una no tiene muy claro cómo quiere andar el camino, pero lo que sí es claro es que nadie lo va a andar por ti...

Isa dijo...

jaja!, me ha gustado eso de los sudacianos... Eso lo dices aquí y te dicen que eres razista... ;-)

Sí, no es fácil a veces saber por donde tirar... por eso mejor "dejarse llevar" (o fluir...).

beso

Isa dijo...
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marga dijo...

yo soy sudaciana y muy feliz... claro que me daría igual ser lo que fuera, pero es lo que tocó, por algo será, jajaja...

Isa dijo...

Lo que quería decir es que una misma palabra cambia mucho su significado dependiendo del cariño que se pone al decirla y la intención que tiene el que la dice...
Bss

Isa dijo...

Por cierto Guita, que el primer host del programa era un tal Kiko Ledgard, peruano, un personaje muy entrañable, el mejor que tuvo el programa en sus 10 ediciones, sin comparación posible. Se afincó en España y murió ya hace tiempo. Un buen tipo... ;-)