martes, 14 de julio de 2009

Para Ryan, con infinito cariño



Ryan es el nombre de un bebé nacido sietemesino, pocos días antes de que su madre Dalila muriese convirtiéndose en la primera víctima de la Gripe A en España. Dalila era marroquí, pero vivía en España con nosotros, y por lo tanto ella y su familia eran "de los nuestros".

Ryan fue traído con cesárea cuando se vio peligrar gravemente la vida de su madre. Aunque tuvo sólo 7 meses de gestación, nació bien de peso y sin complicaciones. Su venida permitió tratar a su madre con unas medicinas que de otra forma le habrían dañado a él, pero no se le pudo salvar la vida. ... Errores de diagnóstico al margen, era su momento...

Es duro y no-comprensible al menos desde la razón, que una madre jovén pierda la vida antes de poder ver a su primer hijo. A mí, como madre a la que casi le pasa lo mismo, solo me nace abrazarla en silencio... Es una de esas cosas que no merece la pena intentar comprender, solo aceptar sabiendo que de alguna forma incomprensible es lo mejor.

Pero este post está dedicado a Ryan, que con 13 días de vida, huérfano sin saberlo, murió ayer a causa de un "incomprensible" error de una enfermera, que le suministró por vía intravenosa la alimentación que debía haber conectado a la sonda naso-gástrica, provocándole una embolia. Si la muerte de su madre es dura e incomprensible, la muerte de Ryan a mí me desborda... Nacido casi para morir... Bueno, y también para en esos 13 días de su corta vida darle a su padre Mohamed el sentimiento de ser padre, que es algo que no se puede explicar, hay que vivirlo... Y a su abuela, el de ser abuela... Las personas que lo han cuidado estos días en la unidad de neonatos del Hospital Gregorio Marañón de Madrid (misma unidad de neonatos donde nació Satya y donde estuvo ingresado durante 6 interminables semanas...), que seguro lo han tratado con muchísimo amor igual que hicieron con Satya y con otros miles de niños, han recibido de él esa ternura que solo un niño recién nacido transmite y a la que nunca te acostumbras por muchos niños recién nacidos que veas. Todo ese amor no tiene precio, y solo por ese amor merecen toda la pena los 13 días de la vida de Ryan.

Muchos aprenderán muchas cosas de su corta Historia también. Lecciones duras y difíciles de aprender, pero lecciones necesarias. Todos los que a través de la prensa o la TV hemos conocido su vida, aprenderemos a aceptar las cosas como vienen, y a mantener la paz cuando no comprendemos, seguros de que la perspectiva que da el tiempo nos dará las claves para entender. El problema es que la mayoría no volveremos a saber nada de Ryan y su familia, y por lo tanto no tendremos esa perspectiva... Pero igual aprendemos que no es necesario entender lo que pasa, para que lo que pasa sea lo mejor... Bonita lección para nuestro ego...

En cualquier caso, desde aquí le doy un suave beso en la frente a Ryan, y me quedo con la suavidad de su piel, y con el dulce olor de todos los recién nacidos. Gracias.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, Isabel, hoy encontré un momento para asomarme a ver que tal tu blog, y me encontré con ese post tan entranable.
Me quedo con esa frase tan acertada: "no es necesario entender lo que pasa, para que lo que pasa sea lo mejor".
Es cierto que los problemas que me pasan no son tan trascendentes, desde ese enfoque, pero es igualmente cierto que de momento no doy para màs y tengo que tener paciencia conmigo misma y aceptar mis limitaciones.
No se me olvida que tenemos discursos suspendidos, a lo mejor no es el sitio acertado para decirtelo, pero me ilusiona animar un poco tu blog.
Un beso grande para Satya.
Elena

Isa dijo...

Queridísima Elena,
Tú puedes comentarme lo que quieras donde quieras, ya lo sabes... En cuanto consiga poner saldo en mi tarjeta "europea" te llamo, ok?.
Mientras te mando un inmenso abrazo, que confío en que te hace sentir al menos un poco que estoy a tu lado.
Ya sabes que te quiero mucho.

Besos

marga dijo...

Isa, al leer la historia (de la que me acabo de enterar) lo primeor que sentì fue rebeldìa, luego al seguirte leyendo, me contagiaste tu paz...

Hay tanto por aprender... gracias Ryan..

Elena, un beso grande... y otro a tí Isa.. me encanta tu blog...