martes, 21 de julio de 2009

Un homenaje a Maya, que Maya no leerá


Este post quiere ser un homenaje a Maya, la niña que aparece en la foto. A simple vista es una niña india más, de las miles que pueblan las calles de las grandes (enormes) ciudades de ese país. Pueblan las calles porque una mafia las secuestró, o se las robó a sus padres cuando eran muy pequeñas, ...o se las compró a cambio de unas pocas monedas para quitarles un peso de encima... Malvive con otros muchos niños en algún lugar miserable, donde si tienen suerte les dan algo de comer y no les pegan mucho (y cuando son más mayores no abusan de ellos...). Cada día, Maya y sus niños o bebés compañeros, son llevados en camiones a sus lugares de trabajo: semáforos estratégicos donde la mafia sabe que sacarán mucho dinero pidiendo limosna.

Os preguntaréis cómo sé el nombre de la niña... Pues es que yo conozco a esa niña. Maya estaba junto con su hermana y otros niños de su edad o más pequeños en un semáforo de una de las principales carreteras de acceso a Delhi desde Gurgaon. Es un semáforo debajo de un paso elevado del anillo exterior de circunvalación de Delhi, y es muy largo. Un día entrábamos a Delhi y Maya nos pidió dinero a través de la ventanilla cerrada del coche. En India no es una buena idea dar dinero a los niños que piden por la calle, porque están controlados por mafias y en ningún caso se benefician ellos de lo que les das... a menos que lo que les das sea comestible. Así que le dimos unas chocolatinas que llevábamos en la mochila de Satya. Recuerdo que yo le decía que se las comiese, antes de que los otros niños las viesen y se las quitasen... Se las comió. Tuve la sensación de que nunca había comido algo así; nos decía con cara de emoción total que estaba muy rico...jeje.

Nos llamó mucho la atención la mirada de Maya, tan directa, tan límpia, tan inteligente, como la de una niña cualquiera de una familia acomodada cualquiera: como si no se diese cuenta de cual era su situación vital. O quizás con la sabiduría del que sabe que las circunstancias externas no te fastidian la vida si tú no quieres...por duras que sean.

Al cabo de un par de semanas volvimos a pasar por allí y paramos en el mismo semáforo. Y desde la otra parte de la avenida vimos a Maya que nos había reconocido y venía corriendo a saludarnos. Nosotros pensábamos que querría más chocolatinas... y no llevábamos...!, pero cuando se lo dijimos ella contestó muy sonriente que daba igual, que solo venía a decirnos hola. Eso nos dejó KO...

A partir de ese día, nuestra relación con Maya se convirtió en algo más. Siempre llevábamos chocolatinas o caramelos en la mochila por si pasábamos por ese lugar. Recuerdo una vez que al pasar por allí el semáforo estaba en verde, y paramos en un lado y la llamamos a gritos (el ruido de una gran avenida de Delhi es indescriptible...). Pasamos a ser Subrat-Sir, Isa-Maam, y Satya-bhai....jeje.

En un determinado momento consideramos el adoptarla, y fuimos a hablar con la embajada española para que nos aconsejasen acerca del procedimiento a seguir. Allí nos disuadieron, porque nos contaron el caso de un matrimonio inglés que unos años antes había hecho lo mismo, y la mafia los localizó y asesinó al marido.

Un día cuando pasamos Maya había cambiado: ahora llevaba una gargantilla muy sencilla, unos pequeños pendientes, y con la ayuda de un espejo roto se estaba intentando peinar un moño... Ya no era aquella niña que conocimos. A las pocas semanas de aquello Maya desapareció, ya nunca más la vimos en aquel semáforo... Exactamente nunca más la vimos...

Cuando fui a ver la película del Oscar, Slumdog Millionaire, mucha gente que sabe que yo he vivido en India durante cuatro largos años, me preguntó qué me había parecido. A todos les dije lo mismo: que había salido con el corazón en un puño, porque el realismo que transmite la película es tal, que sólo le faltan el olor, el calor, y las moscas... El resto es exactamente así. No es una realidad creada y exagerada para una película: la película refleja de forma admirable la realidad de muchos miles de personas, sobre todo niños. Yo salí del cine especialmente impactada, porque hay personas que conozco y a las que quiero, que viven en esas o similares circunstancias. Maya es una de ellas, la que más me duele, y que podría ser perfectamnete la niña protagonista de la película...

He pensado si era oportuno publicar una foto de Maya, una menor, poniendo su nombre... La he puesto porque la foto, hecha por algún fotógrafo profesional, acaba de ser subastada en subasta pública en New Delhi, y se han pagado por ella 20.000 Rs.- (unos 350€). Y he puesto su nombre para dignificarla, para que no sea sólo "una niña pordiosera de la India", porque Maya tiene un nombre y una dignidad, porque es una niña adorable, y porque yo un día quise que fuese mi hija... pero no pudo ser. ¿A que es guapa...?.


2 comentarios:

marga dijo...

amiga me has partido el alma... veo tantos niños todos los días que... me siento impotente, y no me sé el nombre de ninguno...
como siempre, me quedas tan grande...

Maripaz dijo...

Preciosa história y conmovedora... llena de una dureza, que impresiona.

Gracias por compartirla y porque con tu relato, has logrado darle la dignidad que te proponias.
Un beso